SOCIOLOGÍA Y EDUCACIÓN
Épinal, Francia, 15 de abril
1858 – París, 15 de noviembre 1917
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En el siguiente escrito
trataré en primera estancia de exponer las ideas que Durkheim logró encontrar y
analizar acerca de la educación y su influencia no sólo sobre el individuo, si
no sobre la sociedad. En segundo plano, realizaré reflexiones y en cierto grado
criticas personales acerca de esta visión Durkheniana.
Para Durkheim el objetivo de
la educación es forjar al sujeto llevándolo a un plano de perfección, dentro de
un desarrollo armónico de todas sus facultades humanas, es convertir al ser
individual y asocial que somos al nacer, para convertirlo en un sujeto
totalmente nuevo. Ahora bien,
para que haya educación es inevitable que debe existir una generación de
adultos y otra de jóvenes, de padres y maestros sobre niños sin conciencia,
debe existir una acción ejercida en todos los instantes y de forma general por
los primeros sobre los segundos. Lo que el niño recibe de sus padres son
cualidades muy generales como lo puede ser el poder de atención.
Por otro lado la educación varía enormemente según los
tiempos y los países, los hombres organizan un sistema educativo voluntario
para poder alcanzar un fin determinado, pero este fin no se puede equivocar y
no puede ir en contra de la colectividad. Cada sociedad en algún momento de su desarrollo
tiene un sistema de educación que se le impone a la gente casi de una manera
irresistible, entonces es ilógico pensar que los padres pueden educar a sus
hijos a su disposición, pues esto puede afectar la vida social del individuo en
el futuro; por este motivo hay un tipo regulador de educación, así las ideas y costumbres que determinan este
tipo, no somos nosotros, si no son, producto de la vida social, obra de
anteriores generaciones y entra en juego algo importante para Durkheim, la
historia. Es esta quien ha contribuido a
realizar el conjunto de leyes que dirigen la educación, por lo tanto
encontramos que el desarrollo de todo sistema educativo se halla sujeto a la
política, religión, industria, ciencia, etc.
Dentro de esta visión Durkheniana,
el individuo no puede crear lo que este considere conveniente frente a la
realidad que se le presenta, sólo puede actuar sobre ella en la medida como se
le ha impuesto.
Durkheim plantea que hay
diferentes clases de educación, a lo largo de la historia la podemos observar
claramente pues la educación de los patricios no era igual a la de los
plebeyos, ni la del capitalista es la misma que la del obrero, por lo tanto la
educación varia y aun sin que existiese una diferenciación de clases, cada profesión
a la cual el niño llegase a desempeñar en un tiempo determinado, tiene su
manera de ver las cosas, sus costumbres y por lo tanto no puede ser la misma
educación para todos. Aun así con tanta variedad todas estas clases de educación,
tienen una base común de ideas, costumbres, sentimientos y prácticas que todo
pueblo debe enseñar a sus niños sin importar la clase social a la que
pertenezca. Por lo tanto, esta base común tiene como objeto fijar las
conciencias y ser plataforma del espíritu nacional.
Por este motivo, en cada
sociedad se forja un ideal de hombre de lo que este debe ser desde el punto de
vista intelectual, físico y moral, este hombre ideal es el mismo para todos los
ciudadanos, este al igual se convierte en la pieza principal de la educación. Esto
es denominado según Durkheim como la homogeneidad y es la educación que
la perpetua y la refuerza.
En la visión de Durkheim
existen dos seres dentro de un mismo individuo, el ser individual, conformado
por la vida privada de cada sujeto y el ser social estructurado por un sistema
de ideas, costumbres, sentimientos y prácticas morales dentro de la
colectividad, el formar este ser social en cada uno de nosotros será el trabajo
a desempeñar de la educación; pues el niño al nacer no aporta nada más que su
naturaleza individual, por lo tanto la sociedad se encuentra sobre un terreno
inexplorado, y obligada a partir de la nada, por ende la educación tiene que
convertir a este hombre en un ser nuevo, capaz de llevar una vida moral y
social. Además las aptitudes que representan la vida social no pueden
transmitirse de generación en generación por vía de la herencia, esto sólo se
puede lograr a través de la educación.
Si bien para Durkheim las
cualidades morales son primordiales, el hombre también va en búsqueda de las
distintas condiciones de la inteligencia y físicas, la educación ayuda a aclarar
tales cualidades para que el sujeto
pueda alcanzar la perfección que por sí mismo está tratando de conseguir y no
es sino la sociedad quien ha despertado en él, esa sed de conocer, si no
hubiese sido por esta, el hombre jamás habría buscado a la ciencia. Por lo
tanto, la educación cumple necesidades sociales.
Entonces se puede obtener como
una conclusión lógica que el hombre está por debajo de la sociedad, y aunque se
puede denominar como tiranía, hemos sido nosotros quien hemos optado por una
sumisión para poder crear un ser mejor, uno que nazca de lo colectivo. Es esta
misma sociedad la que nos ha inculcado desde muy pequeños a privarnos y
sacrificarnos por la obtención de recompensas más altas. Toda la forma de
disciplina, todo el sistema que mantiene la idea de leyes dentro de nosotros,
es la sociedad quien lo instituyo en nuestras conciencias.
De este modo, el hombre logra
obtener grandes recompensas a la renuncia de lo individual, por una cooperación
con sus semejantes, y el producto de este trabajo cooperativo no se pierde con
el tiempo, los resultados de este llegan a las generaciones siguientes y por lo
tanto se conservan, a través de libros, monumentos, etc. Por este motivo, la
sabiduría humana se va acumulando y que mejor ejemplo que la ciencia, producto
de la obra colectiva, de varios sabios en distintas eras y lugares. Pero toda
esta acumulación esta en virtud de la sabiduría y la conservación de
conocimiento, solo se puede lograr por la sociedad y para esta. Pero todo esto,
sólo se consigue si existe una personalidad moral que perdure. Después de todo el
individuo según Durkheim no puede progresar si no en sociedad.
Dentro de todo este sistema el
papel del estado, una institución primordial de la sociedad, solo debe
limitarse de auxiliar o sustituto de las familias y por lo tanto la
intervención de este debe ser mínima, pues como ya se ha expuesto anteriormente
el niño pertenece en primer lugar a sus padres. Pero si la educación tiene
antes que nada una función colectiva y adapta al niño al medio social al que
está destinado a vivir, el estado no puede desinteresarse por completo de ésta.
Y si la educación debe asegurar entre los ciudadanos de determinada sociedad un
conjunto de ideas y sentimientos sin los que una sociedad no pueda funcionar,
importa demasiado que este conjunto no se deje abandonado a caprichos de particulares.
Esto no quiere decir que el estado deba acaparar toda enseñanza, pero si bien
puede dar libertad para que se abran diversas escuelas ya sean públicas o privadas, la educación que
se imparta en estas debe quedar sometidas a la intervención del estado.
El estado no puede crear los
sentimientos, ideas, prácticas y costumbres sin los cuales no puede haber
sociedad, es esta la que debe construirlos por sí misma, entonces el estado debe
sostenerlos, y hacer que sean más consientes en los particulares. Sin embargo,
en nuestra civilización hay principios frente a la razón, la ciencia e ideas,
sentimientos que están en función de la moral democrática, por lo tanto el
estado tiene como tarea hacer que estos principios sean enseñados en todas las escuelas.
En función a lo mencionado anteriormente, la labor del educador solo puede ser desempeñada por alguien que
presente las suficientes garantías, alguien que no falte a su deber, ni abuse
de su autoridad para influenciar intereses particulares, debe ser alguien con la autoridad moral como
su principal cualidad, pues es a través de ella que el deber se convierte en
deber. Y es este último en el que el niño va a fijarse, el sentimiento del
deber crea el estímulo del esfuerzo y el amor propio pero el niño no puede
conocer el deber por sí mismo lo hace a través de sus padres o maestro de aquí
la importancia del educador. El maestro no sólo debe tener una moral e
integridad fuerte si no de igual manera voluntad igual de enérgica, voluntad
que se transforma en autoridad y le da confianza al niño, esta autoridad el
educador no la obtiene de fuera, si no de la confianza a su misión y el respeto
a sus funciones. El niño se presenta de forma pasiva frente a su educador y
este se coloca sobre el niño pues tiene una superioridad de experiencia y
cultura.
Terminado de exponer las ideas
o postulados que he considerado importante dentro de la visión Durkheniana de la
educación a continuación, haré una reflexión acerca de tales premisas.
Tomaré los siguientes párrafos
para poder realizar una crítica acerca de lo que Durkheim pudo llegar a exponer
acerca de la educación y es obvio comenzar por la idea principal de este; si
bien creo que debe existir una labor fundamental que deban ejercer las generaciones
mayores sobre las más jóvenes, esta labor es sobre todo de guía, más que nada
desarrollada entre lo bueno y lo malo, en una pauta en lo que el niño puede
valerse para poder desarrollar su vida en un futuro, pero ni maestros, ni
padres pueden ejercer sobre él un poder tal que influya al niño a seguir un
camino ya establecido, además no es completamente necesario que sean solamente
las generaciones jóvenes quienes por obligación deban aprender de las más
adultas, estas últimas pueden claramente asimilar conocimiento de relación
constante entre las dos. Y si bien, según Durkheim, la meta de la educación es
llevar al hombre hacia la perfección, al convertir al ser asocial que acaba de
nacer, en un ser nuevo, este ser asocial e individual no necesariamente se
encuentra, en generaciones recién nacidas o en desarrollo, este ser falta de
perfección como lo podría denominar Durkheim, se halla en todas las
generaciones de una sociedad, la que apenas nace, o las más antiguas, ejemplos
varios se observan en nuestra sociedad, personas faltantes a la ley, sin
escrúpulos ni moral, personas sin un desarrollo, que pueda unirlos a la
sociedad.
Pero entonces desde muy pequeños
se nos enseña a tener miedo y es este, y no la autoridad, ni el deber, ni el
esfuerzo en lo que Durkheim hace énfasis lo que nos hace seguir sumisos, estáticos y callados frente a
la educación y a situaciones que la misma sociedad nos presenta, ya que nos
encontramos con pánico a experimentar, a crear y a no seguir pautas
establecidas, pues claramente la sociedad a través de nuestros padres y
educadores, han inculcado el temor; esa idea de que todo lo que el niño puede
realizar es malo, sus ideas, sus preguntas, su trabajo, sus esfuerzos, no
tienen valor, pues aún no se han desarrollado y ¿quién puede catalogar si estos
ya no lo están?, si muchos de los valores o sentimientos de los niños son más
puros que los de un adulto, si su concepción de deber es aún más fuerte que la
de sus maestros, es evidente cuando este defiende a su madre, o siente una obligación
con sus amistades, esto no precisamente aparece en él, por la influencia de
generaciones mayores.
Todo ser al nacer tiene por
derecho escoger un camino, este no siempre puede seguir las pautas ya
establecidas dentro de una sociedad, está en la diversidad del hombre lo que
realmente lo hace especial. Por lo tanto,
es obligación de toda sociedad salvaguardar ese derecho. Pero claro está sin
que esta libertad pueda afectar a los demás, y he aquí tal vez con lo único que
puedo estar de acuerdo con el autor, en una clase de normas que todo ser debe
seguir, no con la rigidez como lo plantea Durkheim con un tipo ideal de hombre,
ni una homogeneidad total pero si en los valores éticos y morales, como lo
pueden ser respeto, amor, tolerancia, hacia sus congéneres, no para forjar un
mejor estado, ni obtener una evolución, si no para tener una mejor calidad de
vida.
Ahora bien, si es cada
sociedad la que a través de su historia y la acumulación de conocimiento genera
un sistema educativo, en beneficio de ella misma, que pasa cuando es otra
sociedad la que abarca ese vacío, sobre una comunidad ajena a ella. Ya que es
evidente en nuestra actualidad que nuestra educación no está en función de
nuestra sociedad, si no, es un producto implantado del exterior, la educación
colombiana es un ejemplo de educación tradicional Prusiana, que no ha estado
dentro del desarrollo de nuestra comunidad y menos para beneficio de su
desarrollo, si Durkheim expone que la educación debe estar en función de la
colectividad, para transmitir conocimiento a sus futuras generaciones y
llevarlas a la perfección conservando sus prácticas, ideas, sentimientos y
costumbres se entiende por el autor en lo expuesto en su libro, que cada
individuo independientemente de su origen y clase social tiene derecho a la
misma educación y recibir los mismos conocimientos, pero entonces aquí surge un
problema, pues esta clase de educación que nos tocó vivir y seguimos viviendo,
no es la sociedad en conjunto la que la ha establecido si no un pequeño margen
de esta, una clase pudiente y privilegiada, que por consiguiente ha colocado a
su disposición la educación.
Por lo tanto tenemos que
establecer que nuestra sociedad está basada en la obtención de capital y en la
industria, que se basa en intereses individuales y que por consiguiente
derrumba la idea de Durkheim acerca de dejar de lado al individuo para el
beneficio colectivo, pues son los interés particulares los que tienen un papel
importante dentro de esta sociedad, son ellos con la sed de ganancia los que
han empujado el desarrollo, ni el conocimiento ni la ciencia lo hicieron por sí
solos, estos dos están bajo la influencia del primero. De tal manera, que la
educación está basada en satisfacer las necesidades de la industria, y su
percepción de conocimiento y razón ha generado que las diversas ideas y
opiniones, se desechen. Formas de educar, como la educación popular, son aborrecidas
pues se convierten en un peligro para los intereses de una sociedad mal
establecida, pues formas de enseñanza como esta, hacen al ser crítico, y
preocupado por su realidad, con ansias de cambiarla y por ende se convierte en
un ser que no puede ser manejado por la sociedad a través de la educación.
Para que todo lo anteriormente
mencionado se pueda realizar, el papel del estado es fundamental, no se nos
presenta como Durkheim lo menciona un auxiliar a las familias, pues la
educación no es una acción meramente doméstica, no son los padres si no la
sociedad, por medio del estado y a través de la educación que forja la
enseñanza porque si bien son los padres en primer lugar los que dan alguna
ilustración a los niños, el aprendizaje que transfieren a los hijos fue la
sociedad y el estado quien lo implanto dentro de ellos por lo tanto, el papel
de auxiliar en este caso es una labor de padres y no del estado. Los padres y
maestros se convierten así en meros conductos sin pensamientos ni objeción
alguna, que se conforman con transferir información, y estos últimos son lo que
se encargan de salvaguardar lo establecido dentro de una mediocre educación,
además el postulado el cual plantea que deben ser seres íntegros, con voluntad
y con fe en su labor los encargados de la enseñanza no es una ley establecida,
pues en la educación colombiana nos encontramos y sin ánimo de ofender a nadie,
educadores que eligen su profesión por impulsos meramente económicos y es lo
que realmente les importa, desentendiéndose de los conocimientos que puedan
transmitir, o el deber social que tanto elogia Durkheim sobre el niño. La
autoridad del educador, no es más que una simple tiranía, de un rey sobre su
ciervo, incapaces de pensar y de aceptar alguna objeción o nuevas ideas por parte
de sus alumnos y cada uno de nosotros sumisos a tal clase de educación, ni
siquiera nos atrevemos a levantar nuestra mirada, pues no somos dóciles por el
respeto a nuestros mentores, si no por un inmenso miedo a ellos, a la doctrina
y a una sociedad que no nos ha dado herramientas suficientes para vivir en
ella, si no solo para sobrevivir. Para terminar lo hare con una palabras, si la
educación nos hace libre, debemos preguntarnos cual educación, y si no es ella
la que realmente nos esclaviza.
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